Originalmente había media docena de estas esferas de influencia promocionales. Diseñados y construidos por la compañía Brian Thwaites de Sussex entre 1972 y 1974, fueron utilizados por el productor de naranja sudafricano Outspan para promocionar sus frutas en Europa, y de manera bastante efectiva, sospecha uno. La compañía todavía está en el negocio hoy, y se sabe que al menos tres de las naranjas sobreviven, una todavía con Outspan. Los Minis a menudo fueron pirateados y adaptados en los años sesenta y setenta porque eran baratos, porque las regulaciones eran más relajadas y porque el diseño mecánico del Mini se prestaba a reconfiguraciones salvajes de la carrocería que lo envolvía.
La adaptabilidad del Mini se debe al hecho de que su tren motriz y su suspensión se transportan en un par de bastidores secundarios cuya posición entre sí se puede cambiar fácilmente. Eso facilitó a British Motor Corporation ofrecer Mini Countryman y Minivan con una distancia entre ejes más larga, y no fue demasiado difícil para los comodines diversos construir dispositivos como el Mini Mini, que se monta en una distancia entre ejes lo suficientemente corta como para albergar solo dos, o el La compañía petrolera Duckhams convertirá un Mini en una lata de galón gigante de aspecto claramente inestable de 20-50.
Sin embargo, el Outspan Mini era más ambicioso que esto, ya que requería la creación de moldes considerables para producir un monocasco con textura de cáscara completo con las hojas verdes de un tallo. Debajo de esto se rellenaron los subtramas mencionados anteriormente, los ejes a solo 48 pulgadas de distancia. Hasta que se añadiera algo de lastre de hormigón debajo del piso, esta disposición hizo que el orbe naranja fuera propenso a realizar rollos hacia adelante improvisados. El desencadenante de esta gimnasia fue el peso de la unidad de transmisión automática de cuatro velocidades de 848cc, al motor de la serie A al que se accede a través de una tapa elevable cortada en un tablero con una elegante alfombra naranja. La alfombra y su sustrato de madera contrachapada, por cierto, hacen un trabajo sorprendentemente bueno para suprimir las alegres alegrías del motor Mini.
Solo hay una puerta y está cortada en la parte trasera: su soporte es un gancho de alambre doblado del tipo que se usa para asegurar las puertas del jardín, lo que genera preguntas incómodas sobre cómo podría salir si un vehículo errante aprieta el Orange al estrellarse contra él desde atrás . Sin embargo, un rezagado es menos probable que una incursión en los flancos de Orange. Su circunferencia es ligeramente más ancha que la de un camión de 7,5 toneladas, con enormes curvas de cáscara que sobresalen de las ruedas de 10 pulgadas como el vientre de un hombre de cinco pintas por noche.
Tal ancho jugoso permite que el Orange se tapice casi suntuosamente en su interior, su techo y sus paredes con superficie de vinilo acolchado profundo cosido para parecerse a los segmentos de fruta. El ambiente de la cabina es de una habitación de fantasía adolescente alrededor de 1973. Los asientos de banco en tonos al atardecer están montados debajo de cada una de las generosas ventanas laterales, y son lo suficientemente anchos como para permitir que sus ocupantes descansen lujosamente, sin los cinturones de seguridad. El conductor obtiene uno, esta leve tranquilidad es una compensación potencial por el hecho de que mientras su pierna derecha vive en el espacio para los pies en forma de túnel que alberga el acelerador y el freno, su izquierda debe colgar del asiento hacia el corredor central que corre a lo largo de gran parte de la Orange piso.
Sin embargo, la posición de conducción extraña resultará un problema menor si su viaje ocurre en un día cálido. Ninguna de las ventanas se abrió, la temperatura dentro de pronto se volvió tan caliente como un sol que madura en la cosecha. Hay un par de respiraderos, pero solo gotean aire cuando el Orange está en movimiento.
