abril 20, 2024

El sector cafetalero parece no repuntar… ¿y los cafés especiales?

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Nuestras exportaciones de café vienen cayendo desde 2017 y tan solo en 2019 nuestros envíos retrocedieron un 6.8%, con lo que acumularon una disminución del 16.7% en los últimos tres años. El panorama este año también tuvo un comienzo desalentador, con un valor exportado de S/ 29 millones en enero, es decir, un 31.4% menos que en 2019.

Estas cifras confirman una crisis creciente en el sector, la cual ha empujado a que, en abril de 2019, se alcancen mínimos históricos en el precio de este commodity en los últimos 15 años. Este deterioro del sector se debe, en gran parte, a la sobreproducción de café de los dos principales productores: Brasil y Vietnam, tal como detallamos en el Semanario 997. Este fenómeno, aunado a un aumento bastante moderado de la demanda por café, ha generado que la producción creciente no sea sostenible. A esta coyuntura se suma la devaluación del real brasileño, que ha incentivado su competitividad en este cultivo y producido un mayor acaparamiento del mercado en comparación con productores más pequeños, como el Perú. Asimismo, dado que 2019 fue un año de menor producción en Brasil, por el carácter bienal del café se espera que este año la producción sea mayor.

¿Y cómo golpea esta situación a nuestro país? Para entender la magnitud de sus efectos, debemos resaltar que el café es nuestro principal producto agrícola tradicional de exportación; pero, a la vez, somos tomadores de precio, dado que nuestros envíos no se comparan a los volúmenes de producción de Brasil o Vietnam. Además, alrededor de 223,000 hogares peruanos dependen del cultivo de café, de los cuales el 85% son pequeños productores con cinco hectáreas o menos, según cifras del Censo Nacional Agropecuario 2012, y como consecuencia tienen un mínimo poder de negociación. Por tanto, es imprescindible que pensemos en cómo mejorar este panorama.

De acuerdo con el Plan Nacional de Acción del Café Peruano 2019-2030, aprobado en diciembre de 2019 por el Ministerio de Agricultura y Riesgo (Minagri), el principal problema es el bajo nivel de competitividad y sostenibilidad social y ambiental de la cadena de valor del café. Y las causas directas se relacionan con los bajos niveles de productividad y manejo técnico, el bajo nivel y la inconsistencia en la calidad del café, el limitado acceso y uso de servicios financieros, el también limitado posicionamiento del café peruano en el mercado nacional e internacional, las inadecuadas condiciones logísticas y la débil gobernanza e institucionalidad de la cadena. Es decir, ya se tiene un diagnóstico claro de los problemas y sus determinantes, por lo que se esperaría que este año se brinde un mayor impulso al sector.

En este contexto, una opción es la migración hacia los cafés especiales, es decir, aquellos que no se producen a gran escala y se dirigen a mercados especializados. Del total de unidades productivas, solo el 5% se dedica a estas variedades, cuyo precio puede llegar a ser cuatro veces mayor, según Sierra y Selva Exportadora. Es decir, a pesar de que escuchamos que nuestros cafés son premiados a nivel mundial o que somos el segundo exportador de café orgánico a nivel mundial, la proporción de café peruano que se vende a la gran industria como café común sigue siendo la más importante.

Sin embargo, este cambio no es automático y requiere mayores esfuerzos, dado que la producción de cafés especiales es poco consistente, es decir, existe una limitada capacidad para mantener el mismo nivel de calidad entre cosechas. Esto se debe a la limitada infraestructura de poscosecha, principalmente la de secado; el escaso desarrollo de capacidades técnicas para el manejo y gestión de la calidad; y el limitado desarrollo de servicios de infraestructura que garanticen la trazabilidad de los parámetros y condiciones que definen la calidad en toda la cadena de valor, según el referido plan.

La reconversión de los cultivos requiere de la voluntad de los propios caficultores, pero también de un Estado y un sector privado que apuesten por ellos. Todo pasa por contar con una mayor asociatividad en el sector, dado que el 68% de los productores no se encuentra asociado, según los resultados de la Encuesta a Productores Cafetaleros, realizada por el Minagri en 10 departamentos en 2019. Además, todas las técnicas para potenciar las cadenas de valor de cafés especiales requieren de mayor atracción del talento en el sector, para lo cual hay que potenciar las universidades e institutos. Por ejemplo, solo un 6% de los miembros de la familia del productor tiene educación superior.

Esta crisis del café nos viene golpeando desde hace tres años. Tan solo basta ver casos como el del café colombiano que logró posicionar a sus productores a nivel internacional con la marca Juan Valdez; o el del café panameño (variedad geisha), que se convirtió en una marca de lujo internacional gracias a la especialización en la producción y cata del café planificados desde hace unos 10 años. En nuestro país, a finales de 2019, el Minagri anunció una inversión de S/ 220 millones para reactivar el sector cafetalero y la creación del Instituto Nacional del Café y Cacao, que será parte de una asociación público-privada, para acompañar a los pequeños productores en la mejora de la caficultura nacional. Quedamos atentos a que dichas medidas se hagan realidad. ¡No nos quedemos atrás!

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