marzo 29, 2024

Perú se alista a entrar de lleno al negocio del bambú

La masificación del bambú como fuente de mano de obra, industria y bioconstrucción se abre paso a pesar de la pandemia del COVID-19.

La prueba es la aprobación de un proyecto de la municipalidad de Echarati, en la amazonía de Cusco, para la plantación de bambúes como Protección y conservación de los recursos hídricos y sostén de las carreteras, teniendo en cuenta que la deforestación ocasiona pérdidas de fuentes hídricas y derrumbes con millonarias pérdidas, además de perjudicar a las agroexportaciones de café, cacao jengibre y achiote, y productores de cítricos.

El ingeniero en recursos renovables -mención forestales, Beto Canal Farfán, residente del Proyecto Bambú de la municipalidad distrital de Echarati informó que la Gerencia de Medio Ambiente , a cargo del experimentado Ing. Ebert Pacco Pumahuillca, ha logrado la aprobación del presupuesto para profesionalizar la siembra y uso del bambú.

Recientemente el científico de materiales, Liangbing Hu, de la universidad de Maryland, EEUU, ideó un proceso para endurecer al bambú comprimiendo la celulosa, con el resultado de una “madera” compacta con una tracción tres veces más potente que el acero, y que resistía más presión que el concreto o el ladrillo, fuera de su capacidad de soportar el medio ambiente hostil.

Canal, formado recientemente en China, en tecnología del bambú, nos dijo que se trata de una industria que no se limita a cortar los tallos para fachadas de restaurantes, como en el Perú, sino que la materia es de tal ductilidad que se procesa como una masa fabricándose sillas, mouses de computadoras, vigas para la bioconstrucción, entre otros accesorios, eso sí con troncos añejos de al menos 10 años de antigüedad, hasta carbón con los residuos.

“No se desperdicia nada, es inimaginable los usos que vi en China, desde alimentos con los brotes de bambú, bebidas, fertilizantes, hasta cremas faciales o dentales”.

Canal mantuvo que desarrollar la cultura del bambú pasa por el “ver para creer” y en medio de esta crisis del coronavirus observa que los usos y costumbres cambiarán hacia una cultura más sana, fitosanitaria, y sabía que ya algunas empresas limeñas empezaron a comercializar bicicletas de bambú.

Para el experto es un error limitar el bambú a usos tradicionales y “No nos podemos limitar a puertas, ventanas y columnas, sino ir más allá”, agregó.

Y qué cosa más práctica que tomar las enseñanzas recibidas en la ciudad de Hang Zhou, la meca mundial del bambú, en China, donde hace rato el bambú se impuso junto al cedro o la caoba, que deben esperarse de 40 a 90 años para ser comercializados mientras que el tallo de bambú solo necesita ENTRE 5 A 10 años para su uso más tardío, la bioconstrucción, además de que otros usos, como la industria de alimentos, son posibles desde el brote”.
El ingeniero forestal señaló que Colombia y Ecuador va a la delantera en esta industria, y hasta en Quito fue sede de un reciente Simposio Internacional de esta caña al cual Perú asistió con una delegación de empresarios del rubro.
El 2018, Perú participó en el Centro de Investigación del Bambú de China (CBRC) ofreció estos conocimientos a países con posibilidades de su siembra y su transformación donde participaron profesionales de 18 países y de Perú fueron 4 profesionales encabezados por la arquitecta Tania Cerrón quien es embajadora del bambú.
“Hasta hace poco nadie daba importancia al bambú, y mi primer contacto con esta industria fue en Tingo María donde me di la sorpresa de encontrar más de ocho especies de bambú ” dijo el conocedor.

Perú ya hace una lista de aplicacione muy concretas para el bambú, y el Proyecto Bambú de Echarati nominalmente tiene un objetivo ambientalista, protección y conservación de los recursos hídricos, pero más allá de eso su practicidad absoluta se basa en su instalación al costado de las carreteras para proteger los taludes por la dimensión de sus raíces que son de más de dos metros y que se anclan en el suelo.
En estos tiempos los proyectos deben generar ahorro y esto se hace al evitar derrumbes que restan gasto por millones a las gerencias de mantenimiento, a los gobiernos regionales, además de dar más seguridad al comercio en zonas productoras como esta de café, cacao y otros productos, más aún en tiempos cuando el dinero que aún existe en el país se debe invertir correctamente.

Fuente: agronegociosperu.org

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