30 de abril de 2025

Reconocen sistema agrícola ritual de Ccochac Despensa como Patrimonio Cultural

Reconocen sistema agrícola ritual de Ccochac Despensa como Patrimonio Cultural

El Ministerio de Cultura declaró Patrimonio Cultural de la Nación al sistema tradicional de cargos rituales vinculados al ciclo agrícola de la comunidad campesina de Ccochac Despensa, ubicada en el distrito de Haquira, provincia de Cotabambas, región Apurímac. Esta distinción fue oficializada a través de la Resolución 000090-2025-VMPCIC/MC, publicada en el Diario Oficial El Peruano. Con una población de apenas 68 personas según el censo de 2017, esta comunidad quechuahablante basa su economía en la agricultura de autoconsumo, cultivando productos como papa, oca, olluco, cebada y añu.

El sistema agrícola de Ccochac Despensa se desarrolla en etapas sincronizadas con el calendario estacional. La siembra temprana (Maway) se inicia en septiembre, seguida de la siembra principal (Hatun tarpuy) en noviembre, dividida en tres fases: Ñaupa tarpuy, Chaupy tarpuy y Qhepa tarpuy. Este proceso se sustenta en la rotación de siete laymes o zonas de cultivo, que descansan en turnos anuales para conservar la fertilidad del suelo y controlar plagas. El ganado, por su parte, es trasladado a áreas especiales llamadas astanas durante la temporada de lluvias para asegurar su alimentación en épocas secas.

Uno de los aspectos más valiosos de este sistema es su dimensión ritual, que articula el trabajo agrícola con prácticas simbólicas profundamente arraigadas en la cosmovisión andina. Cada fase del calendario agrícola está marcada por rituales que expresan una relación recíproca entre los pobladores y la tierra. El ciclo ritual se inicia en agosto con la fiesta de la Virgen Asunta, momento en el que se pide permiso al apu Despensa y al espíritu de la papa para iniciar la siembra. En setiembre se celebra el layme malliy, que determina el terreno de cultivo, y en febrero, durante el carnaval, se realiza un ritual de agradecimiento por los frutos obtenidos.

Sin embargo, la continuidad de este sistema se encuentra amenazada. La resolución del Ministerio de Cultura señala que las nuevas generaciones muestran poco interés en participar, debido a factores como la falta de transmisión intergeneracional, los cambios climáticos, la inseguridad en la tenencia de tierras y las limitaciones económicas. Esto ha dificultado la realización de los rituales, que requieren recursos y compromiso colectivo.

Ante estos desafíos, la comunidad ha comenzado a tomar acciones concretas. Se ha identificado a los miembros con mayor conocimiento y participación en los rituales, quienes lideran programas de formación orientados a los jóvenes. Estos esfuerzos buscan garantizar la preservación de una práctica ancestral que no solo regula la producción agrícola, sino que también representa una forma de vida integral, donde la espiritualidad y la naturaleza se entrelazan de manera inseparable.

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