Hasta 2015 Lambayeque brillaba por su ausencia en el ranking agroexportador de nuestro país. Las estrellas de aquel entonces eran Ica, La Libertad, Piura y Lima provincias.
Hoy, gracias a Olmos, Lambayeque exportó el año pasado más de US$1,000 millones en frutas y hortalizas. Ninguna región agrícola peruana había crecido tanto en tan poco tiempo.
En cifras —fuera de la colosal obra de trasvase e irrigación— hay cerca de US$3,500 millones de inversiones privadas que pusieron en valor 25,000 hectáreas, donde laboran alrededor de 67,000 trabajadores que perciben remuneraciones por S/1,900 millones anualmente. ¡Cómo que Olmos no es una historia de éxito!
Bueno, pues, hay personas que despotrican de Olmos. Algunos llegan al extremo de decir que Olmos se ha quedado sin agua. ¡Qué atrevida puede ser la ignorancia! ¿De dónde creen que proviene el agua para las plantaciones de Olmos si no es del río Huancabamba a través del túnel trasandino?
Incluso otros plantean que “el Gobierno” asuma la gestión del trasvase, dado que este septiembre vence el contrato con la Concesionaria Trasvase Olmos (CTO). Se refieren —por supuesto— al Ministerio de Agricultura (Midagri), al Gobierno Regional de Lambayeque (GORE Lambayeque) o al Proyecto Especial Olmos/Tinajones (PEOT). ¿Estarán conscientes de lo que proponen?
Ojo, el Midagri está a cargo de varios proyectos de irrigación…, todos paralizados: Majes-Siguas II, Chinecas, Chavimochic III, Chancay-Lambayeque, Alto Piura, etcétera. El GORE y el PEOT han dicho, repetidas veces, que no tienen ni la capacidad ni los recursos para gestionar una infraestructura tan compleja y riesgosa como Olmos. ¿Y así quieren que “el Gobierno” asuma el manejo del trasvase?
Lo que Olmos necesita es un concesionario altamente solvente y calificado, como CTO… aunque algunos no lo quieran reconocer. Un concesionario que se encargue de la descolmatación y recrecimiento de la presa Limón, para aumentar la dotación de agua en los estiajes.
Pregunto: ¿acaso “el Gobierno” será capaz de poner en riesgo todo lo avanzado en Olmos? Me refiero a las inversiones privadas, a los agricultores del valle Viejo, a las acreencias financieras y comerciales que suman algunos miles de millones de dólares, a los 67,000 trabajadores que laboran en las empresas de Olmos, etcétera. Espero que no.
Prorrogar —temporalmente— el contrato de concesión con CTO hasta que “el Gobierno” seleccione al nuevo concesionario. No queda de otra.
Olmos no merece que una mala decisión del Gobierno la convierta en una estrella fugaz.
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