En la comuna de Pinto, región de Ñuble, una innovadora iniciativa está cambiando el panorama agrícola chileno. Se trata de un proyecto pionero en Sudamérica que integra la generación de energía solar con el cultivo de frutas a través de sistemas agrofotovoltaicos (APV). Esta tecnología permite instalar paneles solares sobre huertos frutales —como los de cerezos—, generando electricidad renovable mientras protege los cultivos y mejora su rendimiento.
Ñuble, una de las zonas más afectadas por el cambio climático y la escasez hídrica en Chile, ha visto en los APV una respuesta concreta a sus desafíos. Con más del 60% de su territorio en déficit hídrico y miles de hectáreas agrícolas en retroceso, los paneles solares no solo generan energía: también moderan las condiciones climáticas sobre los cultivos, reducen la evaporación del agua, protegen contra fenómenos extremos y mejoran la calidad de la fruta.
“Esto ya no es una teoría. Hemos observado mejoras reales en el desarrollo de los cerezos, tanto en vigor como en calidad del fruto”, explicó Jorge Retamal, investigador del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), quien lidera los estudios técnicos del proyecto. El sistema, además, busca diversificar ingresos para los agricultores mediante la venta de energía a la red o su uso en faenas productivas.
La iniciativa cuenta con el respaldo de la Universidad Adventista de Chile, el Gobierno Regional, la Asociación de Agricultores de Ñuble y el INIA. Para Carlos González, presidente de esta asociación, se trata de “un antes y un después para el campo chileno”, ya que se logra un doble beneficio: eficiencia agrícola y generación de energía limpia sin perder superficie productiva.
Los resultados preliminares son alentadores. Se ha logrado conservar hasta 30% más de humedad en el suelo, reducir la temperatura ambiente y mantener la fotosíntesis activa gracias a que el 60% de la luz útil atraviesa los paneles. En términos de eficiencia, esto puede elevar el rendimiento del terreno en más de un 150% frente a los sistemas convencionales.
No obstante, el desafío sigue siendo el costo. La inversión inicial es entre 30% y 40% más alta que los paneles solares comunes, y aún se evalúan aspectos como el efecto del sombreado en el color de la fruta. Empresas como PowerfulTree ya trabajan en soluciones, como paneles semitransparentes con células filtradoras. Si el desarrollo continúa con apoyo público y privado, Chile podría posicionarse como líder regional en una agricultura verdaderamente sustentable.