18 de diciembre de 2025

Conservación marina y pesca regulada: “La evidencia científica disponible respalda la idea de que la pesca industrial regulada es compatible con la conservación”

Conservación marina y pesca reguladaLa evidencia científica disponible respalda la idea de que la pesca industrial regulada es compatible con la conservación

La conservación del océano y el desarrollo de la actividad pesquera no tienen por qué ser objetivos contradictorios cuando existen reglas claras, información científica confiable y una gestión articulada entre las autoridades. Así lo señalaron especialistas en investigación marina y gobernanza ambiental, quienes destacaron que la pesca formalmente regulada convive con los objetivos de protección de la biodiversidad.

Los expertos explicaron que las áreas naturales protegidas, incluidas las marinas, no implican necesariamente una prohibición absoluta. La legislación peruana establece distintas categorías de manejo: desde zonas de uso indirecto, donde no se permite la extracción, hasta zonas de uso directo, donde pueden desarrollarse actividades económicas compatibles con la conservación, bajo planes de manejo y supervisión técnica.

Esta compatibilidad ha sido clave para la recuperación económica del país. Según cifras recientes del Ministerio de la Producción (PRODUCE), el PBI del sector pesca creció un 24.9% durante el 2024, impulsado precisamente por el incremento en la captura de anchoveta en zonas autorizadas, demostrando que el aprovechamiento regulado genera alto impacto en la economía del país.

Para Jennifer Vilches, directora del Instituto Humboldt de Investigación Marina y Acuícola, “un área protegida es un espacio ordenado, no un territorio intocable. Su objetivo es asegurar un uso sostenible y coherente con lo que establecen los planes de conservación”. Agregó que para ello es clave que PRODUCE, SERNANP y las autoridades técnicas actúen de manera coordinada, evitando decisiones contradictorias que generen incertidumbre jurídica.

¿Cómo lograr un objetivo sostenible?

Desde el enfoque científico, los especialistas resaltaron que la gestión marina debe basarse en criterios ecológicos verificables: interacción entre especies, zonas de reproducción, dinámica del ecosistema y comportamiento de poblaciones como la anchoveta.

Mariano Gutiérrez, director científico del Instituto Humboldt, apuntó que “no se trata solo de contar especies, sino de entender cómo funciona el ecosistema completo”. Según indicó, la evidencia disponible respalda la idea de que la pesca industrial regulada es compatible con la conservación. Además, recordó que la biomasa de anchoveta se ha mantenido estable durante décadas gracias a medidas como vedas, cuotas y la protección de zonas de desove.

Este manejo responsable se traduce en valor agregado, según PromPerú, las exportaciones pesqueras cerraron el 2024 con USD 3,609 millones, impulsadas por un crecimiento dinámico del consumo humano indirecto (+100.3%), con mayores envíos de harina y aceite de pescado.

Factores externos como El Niño, la contaminación costera o la pesca ilegal explican con mayor precisión las fluctuaciones observadas en determinadas poblaciones marinas, más allá de la actividad industrial formal.

Gobernanza y articulación institucional

El análisis también destacó la importancia de una gobernanza efectiva para lograr decisiones equilibradas. Héctor Soldi, presidente del Consejo Directivo del Instituto Humboldt, señaló que casos recientes, como el proceso de creación de la Reserva Nacional Dorsal de Nazca, muestran la necesidad de una coordinación robusta entre PRODUCE, IMARPE, SERNANP y la autoridad marítima.

“El reto no es escoger entre conservación o desarrollo, sino asegurar que las políticas públicas sigan la mejor evidencia disponible”, afirmó. Además, enfatizó que respetar las recomendaciones científicas es esencial para garantizar recursos sostenibles en un contexto de alta variabilidad climática.

¿Qué sí pone en riesgo la salud del océano?

Los especialistas coincidieron en que los principales riesgos para los ecosistemas marinos no provienen de la pesca industrial formal, sino de actividades fuera del marco normativo: pesca ilegal, informalidad en zonas costeras, contaminación por descargas sin tratamiento, turismo desordenado y debilidades en la fiscalización.

Gutiérrez advirtió que “sin vigilancia y gestión efectiva, incluso las áreas protegidas pueden volverse vulnerables”. Por ello, resaltó que una conservación real debe abordar estos factores estructurales de forma integral y sostenida.

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