A pesar de los desafíos, como la derogatoria de la Ley de Promoción Agraria, la crisis política y económica, y eventos naturales adversos, las acciones gubernamentales actuales, como la ampliación del programa Impulso MYPErú y modificaciones legislativas, ofrecen alguna esperanza para la reactivación del sector agrario. Sin embargo, estas medidas parecen insuficientes frente a las cifras negativas reportadas por el Banco Central de Reserva.
El impacto negativo se siente en varios aspectos de la sociedad, desde la pérdida de empleo hasta el aumento de la criminalidad. El sector agrario, en particular, experimentó una situación catastrófica en 2023, con pérdida de empleos, caída en las exportaciones y una disminución del PBI primario agropecuario. A pesar de medidas gubernamentales, la situación persiste, exigiendo un plan de reactivación más urgente y eficiente.
Ante esta crisis, se sugieren acciones clave, como ejercer liderazgo político, recuperar el sentido de urgencia, alinear instituciones para simplificar regulaciones y fortalecer la colaboración público-privada. El llamado es a superar diferencias políticas y centrarse en medidas concretas para atraer inversión privada y cambiar la forma de operar del Estado.
