Complejo Agroindustrial Beta prevé cerrar el año 2023 con un EBITDA cercano a los US$ 90 millones, enfrentando desafíos agrícolas por fenómenos naturales. La empresa atribuye su éxito a la diversificación de cultivos, destacando el arándano y la uva de mesa que representan el 80% de la facturación. A pesar de una disminución del 40% en el volumen de arándanos y uvas en el norte, la producción del sur y el aumento de precios respaldaron el rendimiento financiero, con incrementos del 70% en el arándano y hasta un 30% en la uva, dependiendo de la variedad.
Beta gestiona alrededor de 1,400 hectáreas de arándanos y 1,000 de uva de mesa entre el norte y el sur, destacando variedades como Sweet Globe y Allison. Además de estos productos, la empresa cultiva palta, granada, mandarinas y espárragos. A pesar de algunas dificultades debido a las lluvias, la facturación de la palta creció un 70%, y la granada tuvo un año significativamente positivo en términos de productividad y precio de retorno.
Aunque la agroexportación de cítricos es aún pequeña, se proyecta un crecimiento futuro, considerando que de las 150 hectáreas plantadas, solo 25 están en producción. Respecto a inversiones, Beta contempla proyectos en tierras previamente utilizadas para espárragos, mostrando interés en nuevas inversiones, particularmente en uva y arándanos. A pesar de las oportunidades, la empresa adopta una postura cautelosa, destacando la necesidad de claridad en las condiciones antes de emprender nuevas iniciativas.
En resumen, Complejo Agroindustrial Beta destaca su resiliencia frente a desafíos climáticos, enfocándose en la diversificación de cultivos, la optimización de precios y la posibilidad de futuras inversiones estratégicas en un contexto de crecimiento y evolución del mercado agroindustrial.
