En el marco del Día Internacional de la Fruta, que se celebra cada 1 de julio, el Perú reafirma su posición como potencia mundial en agroexportación. Según el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (MIDAGRI) y la Asociación de Exportadores (ADEX), el valor de las agroexportaciones alcanzó los US$ 12 mil 798 millones en 2024, lo que representó un incremento de 21,4 % respecto al año anterior. Asimismo, la contribución del agro a la exportación de bienes del país equivalió al 17,1 %.
Frutas como el arándano, la palta y la uva son los principales motores de este crecimiento. Solo entre enero y noviembre de 2024, las exportaciones de arándanos superaron los US$ 2 270 millones, mientras que las de palta alcanzaron los US$ 949 millones, consolidando su demanda en mercados clave como Estados Unidos, Europa y Asia.
El MIDAGRI ha proyectado inversiones superiores a los US$ 24 mil millones para infraestructura hídrica, con el objetivo de habilitar 1 millón de hectáreas agrícolas adicionales y duplicar las agroexportaciones hacia 2040, superando los US$ 31 mil millones.
En este contexto, la modernización del agro y la incorporación de tecnología en el campo son claves para sostener el avance del sector. Empresas especializadas en soluciones agrícolas participan en este proceso desde un enfoque técnico, con presencia en los principales lugares productores del país. Un ejemplo de ello es la empresa BASF, cuya estrategia promueve una agricultura más conectada, resiliente y enfocada en la innovación y sostenibilidad; y a su vez, promueve iniciativas como la agricultura regenerativa y el uso eficiente de datos e inteligencia artificial para mejorar la toma de decisiones en el campo.
Como parte de esta visión, BASF impulsa el uso de herramientas digitales e inteligencia artificial para mejorar la toma de decisiones agronómicas, optimizando el uso del agua, insumos y energía. Estas tecnologías permiten anticiparse a condiciones climáticas adversas, detectar riesgos fitosanitarios con mayor precisión y aumentar la eficiencia en el manejo de cultivos. Además, promueve su programa global de agricultura regenerativa, que integra prácticas como la siembra directa, el uso de coberturas vegetales y el manejo optimizado del nitrógeno, con el objetivo de mejorar la salud del suelo y reducir hasta en un 30 % las emisiones de gases de efecto invernadero por tonelada de cultivo.
Estas acciones se enmarcan en un enfoque que conecta innovación, sostenibilidad y conocimiento local. En el caso de los cultivos frutales, BASF trabaja globalmente en conjunto con productores y técnicos para diseñar estrategias integradas que combinan semillas, protección de cultivos, soluciones digitales y asesoramiento especializado. De ese modo, es posible mejorar la rentabilidad sin comprometer la salud del suelo ni los recursos naturales.
“Para BASF, la fruta no es solo un cultivo rentable: es un símbolo de cómo la agricultura puede transformar economías y territorios. Conectamos ciencia, tecnología y conocimiento en terreno para acompañar al productor peruano en los desafíos de producir más, con menos impacto y mayor calidad. Esa es nuestra contribución a un agro resiliente y competitivo”, afirma Claudio Sepúlveda, Líder de cultivos para frutales de Soluciones para la Agricultura en BASF Latinoamérica Pacífico.
Esta aproximación también se basa en la escucha activa a los agricultores. Las soluciones que se desarrollan parten de sus propias necesidades y se ajustan a cada región y sistema productivo, con el objetivo de fortalecer su competitividad a largo plazo.
En el Día Internacional de la Fruta, el Perú no solo celebra su biodiversidad y calidad, sino una industria que representa empleo, oportunidades rurales y un futuro agrícola orientado a la innovación, la sostenibilidad y la inclusión productiva.