Con el inicio de una nueva temporada de arándanos, el Perú no solo celebra su posición de liderazgo en el mercado internacional, sino que también se prepara para enfrentar los desafíos sanitarios que trae consigo esta importante etapa agrícola.
Según datos del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), en 2024 se exportaron 326,000 toneladas de arándanos aproximadamente, con un valor de US$ 2,270 millones, consolidando al Perú como el primer exportador mundial de esta fruta.
A nivel interno, esta cadena productiva tiene un peso relevante para el país. Por ejemplo, el Midagri indica que, en el primer bimestre de 2025, los arándanos representaron el 9,7% del total de agroexportaciones peruanas. Esta dinámica no solo fortalece la balanza comercial, sino que también impacta positivamente en la generación de empleo rural y en el crecimiento del PBI agrícola.
Enfermedades que amenazan la temporada
“El cultivo de arándanos en el país ha tenido un crecimiento muy rápido, lo que ha ido de la mano con una especialización en los manejos necesarios para llegar con la producción a destino. La eficiencia en el uso de agua, el manejo de suelos, el uso racional de productos, entre otras acciones, han sido fundamentales para alcanzar la sostenibilidad de la agricultura peruana”, señala Claudio Sepúlveda, líder de cultivos para frutales de Soluciones para la Agricultura en BASF Latinoamérica Pacífico.
En ese contexto, el enfoque integral del manejo fitosanitario es clave para sostener la competitividad del Perú en esta industria. Desde el uso racional de productos, la rotación de ingredientes activos hasta la implementación de buenas prácticas agrícolas, cada etapa influye directamente en la calidad de la fruta y su aceptación en los principales mercados, especialmente Estados Unidos, Países Bajos, Hong Kong y Reino Unido.
Además, en esta temporada, una de las principales amenazas es la Botrytis cinerea, hongo favorecido por la alta humedad, que compromete la calidad del fruto y causa pérdidas en postcosecha. Asimismo, puede haber presencia de oídio en algunos campos de cultivo, una enfermedad que afecta las hojas y limita el desarrollo óptimo de la planta.
“El Oídio y la Botrytis cinerea siempre serán desafíos importantes que abordar en cada una de las temporadas. Con el tiempo se ha visto que han existido algunas pérdidas de eficacia de ciertas moléculas para combatirlas, por lo que es clave diseñar programas conscientes de rotación y uso de ingredientes activos”, añade Claudio Sepúlveda.
En ese sentido, una de las soluciones empleadas en el manejo de Botrytis cinerea en arándanos es Elmus® SC, un fungicida de BASF que ofrece un control eficaz de esta enfermedad en condiciones climáticas favorables para su desarrollo. Por otro lado, para casos de oidiosis, Cevya® de BASF actúa con alta movilidad en la planta y eficacia frente a mutaciones fúngicas, siendo parte de programas de manejo que buscan mantener la calidad del fruto sin comprometer la trazabilidad.
El inicio de la nueva temporada de arándanos plantea retos que exigirán una respuesta técnica y oportuna por parte de los productores. Mantener un manejo fitosanitario eficiente y sostenible será decisivo para preservar la calidad del fruto y reforzar la posición del Perú como líder mundial, garantizando el crecimiento de una cadena productiva clave para el desarrollo agrícola y económico del país.