Las agroexportaciones peruanas han demostrado un impacto significativo en la economía, beneficiando a pequeños y medianos productores, comunidades rurales y trabajadores agrícolas. Aunque en el 2023 hubo una desaceleración en el crecimiento general, las exportaciones no tradicionales, como frutas y hortalizas, lideraron con un crecimiento del 12.2%, representando el 90.8% del total. La diversificación de mercados, adopción de tecnologías innovadoras y la proyección positiva para el 2024, respaldada por factores como la estabilidad climática y la apertura de nuevos mercados, son elementos clave para el desarrollo sostenible del sector.
La estrategia de abrir nuevos mercados, como Japón para la uva y Malasia para la palta, ha fortalecido el sector, reduciendo la dependencia de mercados tradicionales. Sin embargo, enfrenta desafíos, como destrabar proyectos integrales como Majes-Siguas II, esencial para la irrigación y el crecimiento de la agroexportación. A pesar de ello, el compromiso del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) con la sostenibilidad ambiental y social, la implementación de prácticas agrícolas responsables y la reactivación de proyectos clave, evidencian la búsqueda de un equilibrio entre desarrollo económico y preservación del entorno.
En el 2023, el sector agroexportador peruano expandió su presencia en mercados como la Unión Europea, representando el 51.8% de las exportaciones totales. La concentración en pocos mercados, como Estados Unidos con el 47% de las exportaciones, destaca la necesidad de diversificación. La innovación tecnológica, la adaptación al cambio climático y la proyección de mejores rendimientos en cultivos como uva, arándano, palta y cítricos, respaldan la expectativa de un año favorable.
