La campaña de uva piurana del 2023 finalizó con desafíos debido a las condiciones climáticas adversas, destacando el impacto de lluvias y altas temperaturas en la zona. El ingeniero agrónomo Roberto Bezerra señala que las plantas experimentaron estrés, resultando en problemas de peso de bayas y cuestiones fitosanitarias. Variedades como Sweet Globe se vieron afectadas por el desequilibrio en la relación carbono nitrógeno, generando problemas de putrescina y momificación de racimos. Para mitigar estos problemas, se utilizaron herramientas externas como azúcar, aminoácidos y micronutrientes.
Las consecuencias de las condiciones climáticas se reflejaron en el tamaño y peso de las bayas, afectando variedades como Allison y Sweet Globe. En respuesta a la acumulación de amonio en las plantas, se implementaron medidas como el uso de azúcares y aminoácidos antiestresantes. Las áreas más arenosas enfrentaron menos problemas que aquellas con suelos más pesados. A pesar de la oferta abundante de uva, los precios internacionales no aumentaron significativamente debido a la oferta excesiva. Ante la continuación del Fenómeno de El Niño, se destaca la importancia de cuidar la canopia, gestionar la nutrición y mejorar los drenajes para evitar la repetición de los problemas del 2023 en la campaña del 2024.
El 2023 dejó lecciones valiosas, como la necesidad de anticipar podas frente a las lluvias, cuidar la salud de las plantas durante el mildiu y buscar estrategias específicas para cada fundo. La falta de experiencia en el manejo del mildiu y las lluvias afectaron la fotosíntesis, destacando la importancia de desarrollar estrategias adaptadas a las condiciones únicas de cada fundo para enfrentar estos desafíos.
