A partir de los cambios de clima y problemas logísticos derivados de los conflictos sociales, la producción de maracuyá y granadilla sigue a la baja el 2023 tras su contracción el año previo (-27.19% y -6.94%, respectivamente). Si bien esta menor oferta desafía a los procesadores de jugos y concentrados de frutas, Selva Industrial cosecha los resultados de su estrategia de diversificación. Conozca la perspectiva y los planes de uno de los tres principales fabricantes que estos derivados de frutas peruanas, en el marco del I Congreso Internacional de las Pasifloras en el Perú, que organiza la Asociación de Exportadores (Adex) y el INIA para el 10 y 11 de agosto próximos.
A partir de los cambios de clima y problemas logísticos derivados de los conflictos sociales, la producción de maracuyá y granadilla sigue a la baja el 2023 tras su contracción el año previo (-27.19% y -6.94%, respectivamente). Si bien esta menor oferta desafía a los procesadores de jugos y concentrados de frutas, Selva Industrial cosecha los resultados de su estrategia de diversificación. Conozca la perspectiva y los planes de uno de los tres principales fabricantes que estos derivados de frutas peruanas, en el marco del I Congreso Internacional de las Pasifloras en el Perú, que organiza la Asociación de Exportadores (Adex) y el INIA para el 10 y 11 de agosto próximos.
En entrevista con Gestión, el gerente comercial de Selva Industrial y vocero de la Mesa de Frutas para la Industria de Adex, Renzo Gómez, comenta los proyectos en marcha y el contexto de este sector.
¿Cuál es la situación de la producción nacional de maracuyá?
La caída de la oferta ha sido drástica por efectos del cambio de clima y del cierre de carreteras, que desalienta a los productores a continuar con el cultivo. Todo ello afecta a cualquier negocio. Nosotros —procesadores de jugos y pulpas— nos hemos juntado en una Mesa de Frutas para la Industria y promocionamos el cultivo para que el productor sepa que es un buen negocio.
En ese contexto, ¿cómo ha respondido Selva Industrial?
Por la naturaleza de nuestro negocio, tenemos dos fábricas. Una en Callao, donde procesamos frutas de la costa y valles interandinos, y otra instalación en La Merced, en Chanchamayo (Junín), donde hemos crecido muy fuerte. Ahí tenemos oportunidad de trabajar con muchas frutas tropicales, que normalmente en el país no se destacan.
¿Han ampliado su portafolio de frutas para jugos y concentrados?
Selva Industrial ahora tiene un abanico de más de 10 productos, entre los cuales el maracuyá es el principal, pero creemos que los demás productos nos harán consolidar a la empresa.
De esa manera, ¿la empresa prevé crecer este 2023?
Sí, de todas maneras. Estamos creciendo gracias a la diversificación del negocio, pero aún estamos estimando el crecimiento (para el cierre del 2023), porque es un año complicado. Estamos ad portas de empezar la época de lluvias.
Nuevos productos en mercados clave
En las ventas, ¿qué tanto aportan las exportaciones?
Tenemos una línea de producción de jugos y concentrados en las dos fábricas. Desde ahí vendemos a la industria peruana y del mundo. Ya el 70% de nuestras ventas es para exportación, antes era el 50%. También tenemos la línea de maquila. Somos empacadores de Gatorade y jugos que uno ve en frascos: en PET (plástico), vidrio. Maquilamos para diferentes marcas peruanas.
Con esa oferta, ¿están explorando nuevos mercados?
Estamos con dos productos nuevos para dos mercados nuevos. Estamos entrando con camu camu orgánico para fortalecernos en Japón, entrando con certificación JAS, que es muy especial para el mercado japonés; y estamos tratando de promocionar mucho el jugo de kion, que se conoce como pulpa de kion en el mercado internacional.
¿A qué países apuntan con la pulpa de kion?
A Europa, Estados Unidos y un poco América Latina. Al Asia no, porque China es un gran productor y atiende a esa región.
Inversiones en plantas
Para sostener el crecimiento del negocio, ¿Selva Industrial proyecta nuevas inversiones en las plantas?
Estamos invirtiendo en la capacidad de las plantas porque creemos que los negocios que estamos desarrollando tienen un crecimiento ordenado. Eso nos permite hacer nuestras inversiones, en ambas plantas, pero más en la ubicada en La Merced.
¿Qué proyecto ejecutan en la planta de La Merced?
En la línea de cítricos vamos a duplicar nuestra capacidad y hemos abierto ya la planta de IQF (congelamiento rápido individual) en La Merced. Hoy, todas las plantas de congelamiento rápido bajo la tecnología IQF están en la costa peruana. Somos la única empresa que tiene una planta de IQF en la selva peruana para producir y exportar productos tropicales.
¿Cuándo se culminará esa ampliación de capacidad?
Es inmediato, estamos en el proceso de aumento de capacidad.
En el negocio de maquila, ¿hay también una expansión o es más estable?
Es un negocio diferente. No queremos tener una marca como Selva Industrial. Maquilamos para diferentes empresas, depende mucho del momento. Con Gatorade sí llevamos una producción ordenada, en acuerdo con Pepsi, pero en otras marcas depende de cada empresa.
De otro lado, ¿ven oportunidad para sumar nuevos frutos al portafolio de jugos y concentrados?
Hay dos productos que deberían funcionar como jugo o más como concentrado, que son el arándano y la mandarina. Ya se ve que sus mercados se están saturando como productos frescos, entonces la expectativa es tener un proceso industrial. Son dos productos que tenemos que comenzar a desarrollar en el futuro, pero vamos paso a paso. Ahora estamos con canasta grande de trabajo.
Precios y oferta de maracuyá
En medio de la baja producción de maracuyá, ¿cómo están los precios?
Han aumentado considerablemente. Hemos tenido bandas de precios de S/ 3 a S/ 1.80 por kilo en el mercado mayorista de Santa Anita, frente al 2022 que estaba entre S/ 0.80 y S/ 1.40. Es un aumento sustancial, debido a que el clima ha causado calor en la costa y eso ha originado un mayor consumo para refrescos. El otro factor es que la industria necesitaba maracuyá para exportar y el mercado ha estado un poco desabastecido.
¿El mercado total ganará participación en la venta de maracuyá frente a las exportaciones?
El año pasado se decía que era más o menos del 35% a 40% del total del maracuyá que se produce en el país. Este año podría llegar a más de 50%, a razón de que los peruanos consumen más esta fruta y se usa mucho en refresco. La bebida más popular, después de la chicha morada en los menús, es el maracuyá, se usa mucho en la gastronomía, en los tragos.
¿Para el próximo año se espera una mejora en la oferta de maracuyá?
Desde el año pasado hemos comenzado muy fuerte la promoción del maracuyá porque ya tenemos tecnología, semillas adecuadas, al Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) como socio estratégico, y hay mercado. Nosotros como procesadores de maracuyá demandamos el 60% o el 70% del fruto de un año normal. Por ello hemos salido a promocionarlo con mucha fuerza y los buenos precios del 2023 han ocasionado que haya nuevas áreas sembradas (alrededor de 2,000 nuevas hectáreas para el 2024).
¿Son inversiones de nuevos productores?
Los primeros en aumentar el área de maracuyá son los mismos que ya producían antes. El maracuyá es un cultivo de tres años y en el tercer año se comienza a renovar para poner nuevos cultivos, pero no son solo ellos (los antiguos productores), sino nuevas personas que han visto que es un producto rentable, al ver buenos precios y buen margen de utilidad. Ellos son los que han comenzado a crecer, son productores medianos con de 10 ha o 15 hectáreas, que son extensiones que antes no eran habituales.
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