Las heladas en la región Arequipa no son solo un evento climático estacional, sino una amenaza constante para la seguridad alimentaria y económica de miles de familias que viven de la agricultura y la ganadería. Según el Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (Cenepred), más de 13 mil productores agropecuarios y unas 32 mil hectáreas de cultivos se encuentran actualmente en zonas de alto riesgo ante este fenómeno.
Patricio Lewis, investigador de la Red de Estudios para el Desarrollo (REDES), advierte que las heladas se producen cuando la temperatura cae a los 0 °C o menos, condiciones que afectan gravemente a las zonas altoandinas. En estas áreas, donde la agricultura es el sustento principal, cultivos como la cebolla, papa y maíz, que requieren temperaturas por encima de los 10 °C, sufren daños severos. El frío quema los tejidos vegetales, marchita las plantas y, en muchos casos, provoca pérdidas totales.
En el año 2022, Arequipa registró un impacto significativo: más de 20 mil hectáreas de cultivo fueron afectadas por las heladas, mientras que otras 10 mil se perdieron por completo, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI). Este fenómeno climatológico pone en jaque la producción agrícola regional y, con ello, la economía de cientos de comunidades rurales.
La provincia de Caylloma se ha visto particularmente afectada. Allí, el 59% de su tierra agrícola cultivable fue impactado por las heladas, representando también el 28% del total de cultivos afectados en toda la región. Pero el problema no se limita al sector agrícola: la ganadería también enfrenta serias consecuencias. Cenepred estima que más de 14 mil productores pecuarios están en riesgo y que unas 323 mil alpacas se encuentran altamente expuestas a las bajas temperaturas.
Arequipa ocupa el tercer lugar a nivel nacional en cuanto al riesgo para la población de alpacas, solo por detrás de Puno y Cusco. Lewis explicó que el frío extremo afecta directamente a estos animales: los pastos se congelan y pierden su valor nutritivo, lo que reduce su alimentación y debilita su salud. Con más de 482 mil alpacas en la región, según datos del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) 2024, este impacto amenaza directamente el sustento de miles de familias altoandinas.