Las paltas destinadas al consumo en estado fresco cuentan ahora con nuevos estándares mínimos de calidad, establecidos por el Instituto Nacional de Calidad (Inacal), adscrito al Ministerio de la Producción. Estos estándares están recogidos en la norma técnica “NTP 011.018:2025 Palta. Requisitos. 7ª Edición”, cuyo objetivo es impulsar mejoras en la calidad, seguridad y sostenibilidad de la producción de este fruto. La norma se aplica a diferentes cultivares como Hass, Nabal, Zutano, Ettinger, Hall y Fuerte, entre otros, aunque excluye los frutos sin semillas o aquellos destinados a la industria.
Uno de los cambios más relevantes es el incremento del contenido mínimo de materia seca al 22 % para la variedad Hass, determinado por secado a peso constante. Este parámetro garantiza que el fruto tenga el grado de madurez, sabor y textura adecuados para el consumo. Para otras variedades, el valor mínimo puede variar según sus características específicas. La materia seca es un indicador fundamental de la madurez fisiológica del fruto en el momento de la cosecha, y permite asegurar que llegue en condiciones óptimas al consumidor final.
El cumplimiento de estos requisitos de calidad, junto con aspectos fitosanitarios, trazabilidad, eficiencia logística y certificaciones, es clave para consolidar el crecimiento del sector y acceder a nuevos mercados. Según datos de la Sunat, en 2024 Perú exportó más de 571 mil toneladas de palta fresca a 67 destinos, siendo los principales mercados Países Bajos y España, que concentraron el 55,3 % del volumen total. Le siguieron Estados Unidos (13,1 %), Chile (9,4 %) y Reino Unido (7,5 %).
En cuanto a los requisitos específicos de calidad, las paltas deben presentar la forma típica de su variedad, estar enteras, sanas, limpias y libres de residuos, plagas, olores extraños, humedad anormal o sabores ajenos. El pedúnculo debe estar cortado limpiamente y no exceder los 10 milímetros. Además, los frutos deben haber alcanzado el desarrollo fisiológico necesario para completar su maduración adecuadamente.
La norma clasifica las paltas en tres categorías de calidad: Extra, I y II, que permiten distintos niveles de tolerancia a defectos. En lo relativo al calibre, se acepta una tolerancia de hasta el 10 % en número o peso para frutos de tamaño ligeramente superior o inferior al declarado en el envase. Respecto al empaque, los frutos deben estar acondicionados de manera homogénea en envases nuevos, ventilados, higiénicos y resistentes, sin olores ni materiales ajenos, y con un etiquetado claro que garantice la trazabilidad.
En el ámbito de la seguridad sanitaria, los lotes no deben superar los límites establecidos de contaminantes como metales pesados o residuos de plaguicidas, según los criterios de la autoridad competente y el Codex Alimentarius. Además, se recomienda a los productores aplicar Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), los principios generales de higiene alimentaria (CXC 1-1969), el código de prácticas para frutas y hortalizas frescas (NTP-CODEX CXC 53) y cumplir con la legislación nacional vigente.
