La campaña de mango en Perú para el año en curso se enfrenta a un pronóstico sombrío, con una reducción estimada del 88 al 92% en el volumen de producción, según Milton Calle, vicepresidente de la Asociación Peruana de Productores de Mango (Promango). Estos datos fueron confirmados en agosto pasado, y la situación se agrava con la falta de control de calidad en la cosecha realizada principalmente por trabajadores informales, conocidos como ‘conductores de combis’. Este método, denominado ‘cosecha-hormiga’, presenta desafíos significativos, ya que los exportadores carecen de la capacidad para segregar la fruta no madura, lo que podría resultar en problemas como oscurecimiento o descoloración interna en el mercado europeo y ‘bolsillos de aire’ en el mercado estadounidense.
Ante este panorama, se proyecta una variación en las cosechas de mango para los próximos meses. En enero, el volumen estará bajo el control de grandes empresas agrícolas y productores destacados, mientras que febrero experimentará un aumento significativo debido a la superposición de áreas productoras. Casma (Áncash) y Lambayeque se unirán para contribuir al aumento de la producción. Sin embargo, la falta de control de calidad en la cosecha plantea desafíos adicionales para los exportadores, quienes podrían enfrentar dificultades en los mercados internacionales debido a la calidad inconsistente de la fruta.
