En el marco de CADE Ejecutivos 2023, los líderes empresariales de Madre de Dios y Ucayali, dos regiones selváticas de Perú, compartieron sus perspectivas sobre el crecimiento de sectores más allá de la tradicional industria maderera y los hidrocarburos. Fred Inti, presidente de la Cámara de Comercio de Madre de Dios, destacó los esfuerzos de su gremio por fomentar inversiones en agroindustria. Señaló que la región cuenta con vastas extensiones de tierra, unas 400,000 hectáreas, propicias para el cultivo intensivo de granos, con la ambición de convertirse en el “granero del sur del Perú”. Sin embargo, Inti reconoció que la inseguridad representa un obstáculo para estas iniciativas y subrayó la importancia de formalizar la actividad minera en la región mediante la implementación de tecnología avanzada.
En cuanto a oportunidades comerciales, Inti resaltó la posición estratégica de Madre de Dios en la frontera con Brasil y su acceso a la Carretera Interoceánica. Destacó el potencial para captar la oferta del Asia a través del Pacífico y abrir mercados brasileños, pero expresó preocupación por las demoras en el tránsito de mercancías en la frontera. Abogó por acuerdos entre Perú y Brasil para garantizar una atención continua en la zona limítrofe.
Por otro lado, Norberto Angulo, presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Turismo de Ucayali, resaltó el éxito de la agroexportación en su región, superando a la industria maderera. Enumeró diversos cultivos, como palma aceitera, camu camu, café, cacao y plátano, que están ganando terreno y siendo exportados a mercados internacionales como Europa, México y Chile. Aunque se realizan pruebas con otros productos, Angulo subrayó la necesidad de mejoras en seguridad e infraestructura por parte del Estado para facilitar nuevas inversiones.
En el ámbito turístico, Angulo señaló el interés de las aerolíneas en aumentar las frecuencias de vuelo a Ucayali y conectar la región con otras sin pasar por Lima. No obstante, destacó que el Gobierno debe generar confianza para materializar estas inversiones en el sector turístico. En resumen, ambas regiones buscan diversificar sus economías más allá de las industrias tradicionales, pero enfrentan desafíos comunes relacionados con la seguridad y la confianza en el entorno de inversión peruano.
