La creciente clase media de China está generando una demanda cada vez mayor de fruta importada como cerezas, aguacates y durianes, lo cual supone beneficios para los fruticultores extranjeros. El volumen de aguacates importados ha crecido casi 10.000 veces en unos pocos años, mientras que las caras cerezas se consideran un nuevo criterio para determinar el estatus social ciudadanos chinos. Además, algunos chinos viajan a Tailandia o Malasia para probar los durianes locales.
El caso de la cereza chilena
La mayoría de las cerezas importadas por China provienen de Chile. En 2018, el volumen de cerezas chilenas supuso un 90% del total importado por China, según la Administración General de Aduanas de este país.
La popularidad de las cerezas chilenas en China se atribuye principalmente a su tiempo de maduración, entre noviembre y enero, justo cuando China celebra su festival más importante, el de Primavera, y hay escasez de fruta nacional.
Las relaciones bilaterales entre ambos países también han contribuido mucho al auge de las cerezas chilenas en China, ya que en 2017 se firmó una actualización del tratado de libre comercio que anuló los aranceles del 97% de los productos, entre ellos las cerezas.
Según se informa, gracias a la creciente demanda de cerezas importadas, la empresa chilena San Francisco Lo Garcés se ha convertido en el mayor productor de cerezas del mundo, con un crecimiento de la producción 25 veces mayor en 15 años. Dado que el beneficio del cultivo de cerezas es varias veces superior que el de otras frutas, los agricultores chilenos que antes se dedicaban a otras frutas las han cambiado por las cerezas, pues creen que la creciente demanda china seguirá impulsando las exportaciones de cerezas chilenas.
