abril 30, 2024

Los pequeños cafetaleros del Perú entran al mercado de los bonos de carbono

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Programa del banco holandés Rabobank, la organización Solidaridad y Microsoft permite a los miles de pequeños productores vender bonos de carbono.

Hace unos meses se presentó en el Perú la plataforma Agroforestería para la Captura de Carbono y Restauración de la Naturaleza (Acorn, por sus siglas en inglés), con la particularidad de permitir a los pequeños productores peruanos de café vender bonos de carbono a grandes corporaciones.

Esta plataforma ha sido lanzada por el banco neerlandés Rabobank, la organización Solidaridad y Microsoft, como socio tecnológico.

Para entender por qué esta iniciativa es una gran noticia, hay que ir por partes. Primero, debemos recordar que los bonos de carbono son un mecanismo internacional para reducir las emisiones de CO2, que contribuyen al calentamiento global. Estos bonos son utilizados para financiar acciones que reducen este tipo de emisiones a la atmósfera. Grandes empresas compran estos bonos para disminuir su huella de carbono.

“Este proyecto tiene una gran diferencia: para vender créditos de carbono a nivel agrícola, generalmente lo que tiene que suceder es que, a través de sistemas agroforestales, tienen que juntarse muchos productores (más de 50) y tener un número determinado de hectáreas (más de 50) para que el proceso sea económicamente viable, se pueda hacer la contabilidad del carbono almacenado y pueda ser vendido. La diferencia está en que, a través de la plataforma Acorn, un productor de manera individual, que tenga una hectárea o una hectárea y media inclusive, pueda vender créditos de carbono, siempre y cuando cuente con sistemas agroforestales en su finca”, explica a El Comercio Ada Lis Rosell, country manager de la organización Solidaridad.

Esto significa que uno de los más de 250.000 productores de café en el Perú, que exportan a los principales países de la Unión Europea, EE.UU. o el Reino Unido, o los más de 100.000 productores de cacao peruano –ambos basados en la pequeña agricultura familiar– podrán vender bonos de carbono.

“Lo importante es que, desde su finca, podrá generar una diversificación de ingresos contribuyendo a disminuir los gases de efecto invernadero, mejorando su calidad de vida, y comprendiendo por qué es importante cuidar los bosques”, agrega Rosell.

Gracias a la tecnología

Una de las claves para que los agricultores se beneficien con este programa es que practiquen la agroforestación. Esta se define como el uso de árboles o arbustos en terrenos agrícolas como una estrategia más eficaz para el mejoramiento de los servicios ambientales en los ecosistemas agrícolas.

“Con la agroforestación los cultivos van a recibir la cantidad justa de sol y de agua, logrando que la productividad se incremente hasta en un 20%. Asimismo, la calidad del café –que al final del día es lo que define el precio– se incrementa hasta en un 30%. Entonces, los productores del programa terminan recibiendo un mayor ingreso. Incluso, con una sola hectárea puede capturar hasta tres toneladas de CO2 y con la tecnología de Acorn (basada en Azure) se puede certificar y garantizar, usando Blockchain, que ese bono se vende una sola vez”, detalla Jaime Galvis, gerente regional para la zona andino-sur de Microsoft.

Al final, luego de que el bono es vendido en el mercado internacional, el 80% regresa al caficultor.

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