El reciente decomiso de una gran cantidad de madera en el Puesto de Control Estratégico de Pucusana, Lima, ha desatado una serie de interrogantes sobre la procedencia de los recursos forestales en el Perú. El Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), junto con el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) y el apoyo de la Policía Nacional del Perú, han llevado a cabo una operación conjunta que ha culminado con la inmovilización de 53.335 metros cúbicos de madera aserrada de la especie bolaina (Guazuma crinita). Lo preocupante es que esta madera, en lugar de provenir de una plantación forestal debidamente registrada, se encontraba asociada a áreas de deforestación y pastizales en el distrito de Irazola, Ucayali.
Esta situación ha puesto de manifiesto la importancia de un control riguroso sobre la procedencia de los productos forestales en el país. A pesar de que en la Guía de Transporte (GTF) se especificaba que la madera tenía origen en una plantación forestal, la coordinación entre diversas entidades y el uso de tecnología satelital han revelado la verdad detrás de esta declaración. La detección de condiciones no acordes con el establecimiento de plantaciones forestales ha levantado sospechas sobre la legalidad de estas operaciones, lo que ha llevado a la intervención por parte de las autoridades pertinentes.
Es evidente que se necesita una acción más enérgica para garantizar la sostenibilidad en la explotación de recursos forestales en el país. El compromiso del Serfor de promover un aprovechamiento sostenible de los productos forestales y la fauna silvestre de origen legal cobra especial relevancia en este contexto. Además, este incidente subraya la importancia de combatir las actividades ilícitas que amenazan nuestros bosques y la biodiversidad. Solo a través de una cooperación continua entre las autoridades y una vigilancia constante sobre las prácticas en el sector forestal se podrá asegurar un futuro sostenible para nuestras áreas naturales protegidas.
