La disponibilidad de jengibre peruano es un tema candente en el mundo de la importación y distribución de productos agrícolas. Según Oscar van Reisen, director de compras de Fairtrasa, esta situación se mantendrá así al menos hasta mediados de junio, cuando se espera la recolección de la nueva cosecha. El jengibre peruano, conocido por su tamaño más pequeño y sabor más intenso en comparación con su contraparte china, enfrenta desafíos debido a las condiciones climáticas, especialmente agravadas por el fenómeno de El Niño.
Fairtrasa, una empresa con sede en Suiza y operaciones en varios países, incluido Perú, se enfrenta a la escasez de jengibre peruano con una perspectiva diversificada. Aunque el jengibre de China ofrece una alternativa viable, con un tamaño más grande pero un sabor menos intenso, la empresa planea abrir una línea de importación desde este país. Este movimiento refleja la estrategia de diversificación de orígenes, que según Van Reisen, ofrece más opciones para mantener la satisfacción de los clientes durante todo el año.
La escasez de jengibre peruano también plantea desafíos para los procesadores de alimentos. Aunque se requiere menos cantidad de este jengibre para obtener el sabor deseado, su menor tamaño y mayor intensidad de sabor dificultan su procesamiento. Sin embargo, a pesar de estos desafíos, el jengibre sigue siendo popular debido a sus propiedades saludables, lo que ha impulsado notablemente las ventas, especialmente durante la pandemia.
El compromiso de Fairtrasa con la sostenibilidad y la biodiversidad se refleja en su proyecto de viveros en Satipo, Perú. Este proyecto, en colaboración con la Universidad Nacional del Centro de Perú, busca aumentar la biodiversidad en las parcelas de cultivo de jengibre y sus alrededores. Además, se busca restaurar la riqueza del suelo y reducir la presión de las enfermedades mediante la rotación de cultivos y la integración de prácticas sostenibles.
