En Ecuador, la Agencia de Regulación y Control Fito y Zoosanitario (Agrocalidad) informó que hasta mediados de año certificaron 29 mil toneladas de pitahaya exportadas a 20 destinos. Sin embargo, el productor y exportador Ramón Martínez de la Hacienda Laia Margarita señaló que, a pesar de un buen inicio en la industria, la sobreproducción ha llevado a una saturación del mercado, generando desesperación entre los productores que buscan vender la fruta a cualquier precio.
La situación se agrava debido a la falta de compradores en Estados Unidos, quienes conocen la sobreoferta de pitahaya en Ecuador y la consecuente baja de precios. Martínez destaca que la competencia se intensifica con países como Perú, que están aumentando su producción. Esta saturación en el mercado y la falta de distinción en cuanto a la calidad de la fruta plantean un desafío significativo para los productores ecuatorianos.
Ante la crisis, muchos agricultores han optado por arrancar sus cultivos, y se han ofrecido haciendas con hasta 15 hectáreas de pitahaya en venta. Martínez prevé que muchos productores se verán obligados a abandonar la actividad, especialmente aquellos con costos de producción elevados y dificultades para ubicar la fruta. El gerente de Laia Margarita enfatiza la necesidad de producir frutas de mejor calidad, con buen sabor, color y tamaño, como única forma de obtener precios competitivos.
En este complejo escenario, Martínez sugiere que la solución para salvar la industria de la pitahaya en Ecuador radica en establecer una reglamentación adecuada respecto al cultivo. Se destaca la importancia de combatir la desinformación entre los inversores y garantizar que comprendan a qué mercado se dirigirá la fruta y cuál es la demanda del producto. Martínez advierte sobre el posible colapso de muchos productores si no se toman medidas, ya que la falta de ubicación de la fruta y los bajos precios ofrecidos por los compradores hacen que la actividad sea insostenible.
En conclusión, la industria de la pitahaya en Ecuador enfrenta desafíos críticos debido a la sobreproducción, la competencia de otros países y la falta de regulación. La posible quiebra de numerosos productores es una amenaza real, y la implementación de medidas regulatorias y la mejora de la calidad del producto son vistas como soluciones clave para estabilizar la situación.
